martes, 15 de mayo de 2007

EL VERANO LLEGA A PEKÍN

.. así como el calor! Quedan atrás los días de abrigos, bufandas y orejeras. Los chinos sacan ahora sus mejores atuendos veraniegos para soportar los próximos calurosos meses que nos esperan. Además de la ropa más liviana, son muchos los detalles que me llaman la atención entre la forma de vestir y andar por la calle de la gente.

1) La cultura "anti-sol": a los chinos (principalmente a las chinas), no les gusta broncearse o quemarse con el sol. La idea de una persona morena está más bien ligada a un campesino, un trabajador rural que pasa largas horas del día expuesto al sol. En Pekín, es mucho más "chic" estar blanquito. Por ello, además de las famosas cremas blanqueadoras que se pueden comprar en las farmacias, las chinas se protegen del sol a toda costa. La forma más popular son los paráguas, muy prácticos para la época de lluvias que se acerca, de paso. También existen unas exageradas viseras que te cubren hasta la quijada, haciendo que la gente camine por la calle o moente en bici como si fuera escondido detrás de una máscara negra. También se utilizan unos largos guantes, hasta pasado el codo, para proteger los brazos del sol cuando se va en bici o moto.

2) Las barrigas al aire: esta vez, son los hombres los protagonistas de esta divertida "manía". Es habitual ver a hombres con la camiseta levantada hasta la altura del pecho, enseñando la tripita, en un intento de escapar del insoportable y húmedo calor. Es divertido ver a los señores, algunos ya mayores, desfilando por las calles de Pekín mostrando sus michelines, de todos los tamaños y formas.

3) Las mini barbacoas improvisadas en la calle: en cada esquina de la ciudad, se ven puestecidos de barbacoa. La gente se sienta en pequeños taburetes en plena calle, apoyados en unas mesas prácticamente inexistentes, mientras degustan un buen pinchito de carne (de dudosa procedencia) y una cerveza fría. Me hace gracia pasar delante de un restaurante, camino a mi casa, y ver a todo el barrio reunido para disfrutar del agradable calor de la noche.

Me doy cuenta de que los chinos tienen una forma de ver las cosas totalmente diferente a la nuestra, occidental. La definición de pudor o vergüenza aquí no se pueden comparar con las nuestras. Es común ver a gente echándose una siesta en medio de la calle, bajo un árbol o ver a gente andar por ahí en pijama. Los niños pequeños, por ejemplo, no llevan pañales, si no un pantalón con una apertura en la parte de atrás... que ya os imagináis para qué sirve. Mucho más práctico que cambiar pañales, pero bastante sorprendente si se hace uso del invento en medio de la calle...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me imagino a ningún español con esa falta de pudor. O con el máximo pudor chino. Quien ha ido a ese extremo del mundo sabe que nuestra vergüenza es su diversión. Un beso enorme, citizen Sa.